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Luces, cámara... economía #4: El Hobbit

Sobre el Hobbit ya se han hecho algunos posts interesantes (hace meses hubo un debate sobre los efectos monetarios deflacionarios/inflacionarios que Smaug tenía sobre las economías de Dale y Lake Town. Hoy sólo veremos a Thorin y la Compañía de Enanos ilustrando el concepto de función empresarial.

"Si más de nosotros valorara la comida y la alegría y la canción más que el oro apilado, sería un mundo más feliz"

Thorin Oakenshield

Publicado: 2014-12-18

Hay evidencias que Tolkien tenía una postura de conservador y anarquista (libertades económicas con respeto a ciertos valores tradicionales), aunque siempre se mostró renuente a hacer metáforas politizadas en su obra de manera muy directa o palpable a simple vista, salvo una idea central y consistente en todo su trabajo literario, y que se inspira en el famoso quote de Lord ACTON: "El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente". Así mismo, el nivel de detalle con el que trabajó Tolkien sus composiciones permite abrir varias líneas de discusión sobre la posible política y economía que existían en las distintas comunidades en la Tierra Media y en éste post, tomamos 1 aspecto central para el crecimiento económico: la función empresarial.

Thorin, el Entrepeneur

Thorin Oakenshield es el nieto de Thror, quien fuera Rey de Erebor antes que el Dragón Smaug destruyera todo y se asentará en el castillo. Después del éxodo de la raza de enanos hacia distintos lugares de la Tierra Media, Thorin quedó deambulando por el mundo hasta que Gandalf le trae una oportunidad de 'negocios': Hay una pequeñísima posibilidad de entrar a Castillo de Erebor sin despertar a Smug y recuperar la Arkenstone (una piedra tan valiosa que los enanos considerarán Rey a su portador).
El término "empresa", dice HUERTA DE SOTO, viene del latín in-prehendo-endi-ensum que significa descubrir, darse cuenta de algo. El término "entrepeneur" tiene el mismo orígen y surge en Francia para denotar a personas que dirigirían construcciones u otras acciones trascendentales de la época. Luego en la economía se adoptarían dichos términos para referirse a los agentes que actuaban en el mercado organizando un proceso productivo del cual intentaban obtener una ganancia. Para la Escuela Austríaca de Economía, la función empresarial es el elemento clave del desarrollo económico, sin embargo, su definición de empresario no se limita a la del sujeto que invierte su tiempo y dinero para generar un producto y recibir ganancias sino, que la asocian con el concepto mismo de Acción Humana (acción u omisión intencional por la cual una persona que tiene fines/objetivos -nacidos en el valor, la apreciación psicológica subjetiva que el actor da a sus fines- dispone de los medios en su entorno para lograrlos), en el cual cabe toda persona con vida y uso de razón.

Thorin es un emprendedor. Al igual que otros entrepeneurs, Thorin identifica una oportunidad es su entorno, la cual considera que al actuar sobre ésta podrá mejorar sus condiciones actuales de vida. En éste caso, Thorin sabe que hay una posibilidad de recuperar el castillo de Erebor y la Arkenstone, y por tanto, reclamar el trono y reunir al pueblo enano disperso en el mundo, lo cual es un fin tan importante y valioso para él, que no escatima en gastos para lograrlo, e incluso se "fía" la mano de obra de un grupo de enanos y de Bilbo, el maestro ladrón. Sin embargo, ellos son también emprededores: incurren en una acción intencional -seguir a Thorin- por la cual buscan llegar a una situación mejor que su situación actual. En ese sentido, es difícil y confuso encontrar una distinción real entre "emprendedor" y "empleado" (salvo los mitos económicos legados por Marx de la "diferencia de clase", la "explotación" en las relaciones voluntarias, entre otros). Thorin no es "dueño de medios de producción", el tipo está en una situación más precaria que Bilbo, sin embargo, utiliza sus pocos medios (su fuerza y su "carisma" para convencer a los enanos, que son los elementos con los que -en el mundo real- empiezan muchos empresarios, especialmente en nuestro Perú 'informal') para alcanzar su fin. Lo cual no lo hace ni santo ni demonio, simplemente un agente económico más en la Tierra Media.

Como cierre, vamos a hablar un poco del quote precedente: "Si más de nosotros valorara la comida y la alegría y la canción más que el oro apilado, sería un mundo más feliz" Esta frase pareciese decir que el consumo inmediato es preferible al ahorro para la inversión, o tal vez puede mal entenderse como esas clásicas frases de moralina de "el dinero es malvado" o algo así. De hecho, mejor sería pensarla en éste sentido: El oro no es más que un bien que por sus condiciones particulares, es el mejor medio para el intercambio indirecto, pues es fácil de transportar, atractivo a prácticamente todas las personas, entre otras cualidades. Sin embargo, el oro -en realidad, todos los bienes- no vale nada por sí mismo sino por la valoración que una persona pueda darle como herramienta para lograr sus fines. Por tanto, salvo que uno sea un fanático del oro (así como un fanático de la música que no gana dinero por escuchar música ni coleccionarla pero sin embargo, su vida se sentiría vacía sin ella) o un banco, apilar oro no tiene mucha utilidad económica que digamos.

Y con eso, nos leemos hasta la siguiente semana, buscaré una película que me pueda ayudar a empalmar un comentario sobre la nueva ley laboral para jóvenes sobre la que todos -equivocadamente- están renegando. Nos vemos


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el blog del CEDE

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